Mi primeros viajes en bus a Mar del Plata o Villa Gessel fueron por la empresa Anton y en aquellos tiempos los buses no tenian baño, por lo que las paradas en ruta eran inevitables y, además, un clásico de los viajes donde se almorzaba o cenaba y el menú ofrecía una variada cantidad de platos que hasta incluían puchero de gallina.
El Atalaya es uno de esos paradores clásicos.
Ubicado en la Ruta 2 al kilómetro 113.500 de la localidad de Chascomús sigue siendo un "stop"obligado para todo aquel que circule por ahí.
Luego que se contruyó la autovía, Atalaya se reconvirtió en una confitería que la elevó a la altura de mito rutero con sus increíbles medialunas (croissant). Llegan a vender hasta 2000 docenas por día.
Parar en Atalaya es muy Jazzlosophy!
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