Soy un apasionado de los temas bursátiles y financieros; y ahora, después de la crisis del 2008, esta en la cresta de la ola la Neuroeconomía.
La Neuroeconomía se basa en entender cómo funciona nuestro cerebro, para poder aplicar sus potencialidades al mundo de las finanzas.
Por lo general, atribuimos nuestro fracaso financiero a un sinfín de factores y circunstancias ajenos a nosotros mismos. Pero el verdadero culpable de que nuestras inversiones generen pérdidas es nuestra estructura cerebral.
La razón de esto es que los reflejos que les aseguraron la supervivencia a nuestros ancestros no son los más idóneos para nuestra vida financiera. De hecho, nuestro cerebro puede matarnos desde un punto de vista financiero.
En su libro "Su dinero y su cerebro", Jason Zweig plantea este tema y nos deja un par de consejos para los interesados en el tema financiero.
Evite "ir a lo seguro": su rostro suele iluminarse ante la perspectiva de ganar mucho, y eso, a la larga entorpecerá su habilidad para calcular de manera realista las probabilidades de éxito de una inversión. No baje la guardia cuando un representante de ventas intente engañarlo con la típica jerga triunfalista como "duplica tu dinero", "no puedes perder" y "el cielo es el límite."
Guarde bajo llave su "dinero audaz": considere invertir al menos el 90% de su dinero en inversiones de bajo o mediano riesgo. El 10% restante arriésguelo en un negocio especulativo, pero asegúrese de que este "dinero audaz" se encuentre en una cuenta separada de tus inversiones a largo plazo. Nunca los mezcle y nunca agregue más dinero a su cuenta especulativa.
La palabra antes que la imagen: las imágenes y los sonidos intensos -las flechas en rojo que indican una caída o los tumultos que se forman en la Bolsa de valores- disparan sus emociones, por el contrario, los símbolos lingüísticos activan las áreas analíticas de su cerebro. Para prevenir que sus impresiones inmediatas lo lleven al pánico y lo venda todo, analice friamente la situación.
Piense dos veces: tomar una decisión financiera cuando está enceguecido ante la perspectiva de una enorme ganancia -o una gran pérdida- es una pésima idea. Debe mantener la calma, pasee o haga ejercicio y reconsidere nuevamente la situación una vez que haya pasado el calor del momento.
Recuerde: un rayo nunca golpea dos veces: si ha obtenido alguna vez una gran ganancia, lo más probable es que se sienta tentado a repetir. Tenga especial cautela con las acciones o fondos comunes de inversión que le recuerden a aquel valor que antes le hizo ganar una fortuna; las posibilidades de que ocurra lo mismo con la nueva inversión son fortuitas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario