La guerra es la paz. La libertad es la esclavitud. La ignorancia es la fuerza.
Un inconfundible mensaje se había cruzado entre ellos. Era como si sus mentes se hubieran abierto y los pensamientos hubiesen volado de la una a la otra a través de los ojos.
Nada era del individuo, a no ser unos cuantos centímetros cúbicos dentro de su cráneo.
Le parecía que sólo ahora, en que empezaba a poder formular sus propios pensamientos, era cuando habían dado su paso definitivo.
Era un hombre de aire eficaz.
Cada año habrá menos palabras, así el radio de acción de la conciencia será cada vez más pequeño.
Su madre tenía una especie de nobleza sólo por el hecho de regirse por normas privadas. Los sentimientos de ella eran realmente suyos y no los que el estado le mandaba tener.
No querían que la riqueza fuese repartida; si la riqueza llegara a generalizarse, no serviría para poder distinguir a nadie.
Nada cambiaría mientras el poder siguiera en manos de una minoría privilegiada.
Si la masa empezaba a reflexionar se daría cuenta de que nunca podría imponerse a los demás y acabaría sublevándose.
Si se les permite entrar en relación con extranjeros, descubrirían que son criaturas iguales a ellos en lo esencial, y que todo lo que se ha dicho sobre ellos es mentira.
Los mejores libros son los que nos dicen lo que ya sabemos.
Los altos quieren quedarse donde están; los medianos quieren arrebatarle su puesto a los altos; los bajos quieren abolir todas las distinciones y crear una sociedad en la que todos sean iguales.
Les tentaba menos el lujo y más el placer de mandar.
El invento de la imprenta facilitó mucho el manejo de la información.
El gran hermano es la concreción con que el partido se presenta al mundo. Su función es actuar como punto de mira para todo.
La entrada en cada una de las ramas se realiza mediante un examen a los dieciséis años.
Al partido no le importa perpetuar su sangre si no perpetuarse a si mismo.
Sólo podrían ser peligrosos si el progreso de la técnica industrial hiciera necesario educarlos mejor.
Quizás uno no deseara tanto ser amado como ser comprendido.
Que el partido era el eterno guardián de los débiles.
El partido quiere tener el poder por amor al poder mismo.
El poder no es un medio; es un fin en si mismo.
No se establece una dictadura para salvaguardar una revolución; se hace una revolución para establecer una dictadura.
Estás pensando -le dijo- que tengo una cara avejentada y cansada. Piensas que hablo de poder y que ni siquiera puedo evitar la decrepitud de mi propio cuerpo. ¿No comprendes Winston, que el individuo es sólo una célula? El cansancio de la célula supone el vigor del organismo. ¿Acaso te mueres al cortarte las uñas?
No habrá risa; no habrá arte; ni literatura ni ciencia; sólo habrá ambición de poder, cada día de una manera más sutil.
Todo ocurre en la mente y sólo lo que allí sucede tiene una realidad.
El instinto animal; el simple e indiferenciado deseo. Ésa era la fuerza que destruiría el partido.
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