La relación entre el poder y la prensa lo ilustra de forma magnífica los títulares del diario francés Le Moniteur cuando en 1815 Napoleón volvía de su exilio en al isla de Elba.
9 de marzo: El monstruo escapó de su lugar de destierro.
10 de marzo: El ogro corso ha desembarcado en Cabo Juan.
11 de marzo: El tigre se ha mostrado en Gap. Tropas avanzan para detener su marcha. Concluirá su miserable aventura como un delincuente en las montañas.
12 de marzo: El monstruo ha avanzado hasta Grenoble.
13 e marzo El tirano ahora está en Lyon. Todos aterrorizados por su apararición.
18 de marzo: El usurpador ha osado aproximarse hasta 60 horas de marcha de la capital.
19 de marzo: Bonaparte avanza a marchas forzadas, pero es imposible que llegue a París.
20 de marzo: Napoleón llegará mañana a las murallas de París.
21 de marzo: El emperador Napoleón se halla en Fontainebleau.
22 de marzo: Ayer por la tarde Su Majestad el Emperador hizo pública su entrada a las Tullerías. Nada puede exceder el regocijo universal.
Finalmente Le Moniteur se convirtió en el periódico oficial e instrumento de difusión de la propagada bonapartista.
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