En su discurso inaugural a la presidencia en 1994, Nelson Mandela lo comenzó con un párrafo que creo es brillante:
"Nuestro mayor temor no es ser inadecuados. Nuestro mayor temor es ser poderosos más allá de toda medida. Es nuestra luz, no nuestra oscuridad, la que nos asusta… Y en la medida que dejemos brillar nuestra luz, inconscientemente le damos a otro el permiso de hacer lo mismo. En la medida que nos liberamos de nuestros propios miedos, nuestra presencia automáticamente libera a otros."
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