Lectores del mundo entero leen a los mismos autores, antes o después de haber visto la misma película, haber escuchado la misma canción y, quizás, haber comido la misma pizza y tenido los mismos sueños. Las listas de libros más vendidos en diez países están dominadas por los superventas globales, aunque, eso sí, salpicados con incrustaciones de autores locales a veces de potente personalidad diferenciada.
Más que best sellers, algunos de los títulos más vendidos podrían llamarse fast-sellers, porque después de una venta rápida y masiva, tienen muchos números para desaparecer engullidos por el tiempo caprichoso de la moda. En cambio, otros van prolongando su éxito a medida que transcurren los años. Tras las sectas mistéricas de Dan Brown, el thriller nórdico de Stieg Larsson o el vampirismo casto de Crepúsculo, llegó el erotismo húmedo de las sombras de Grey, alentado por el estreno de la versión cinematográfica.
El cine dio un empujón al actual número uno mundial en ventas, John Green, y sus historias emotivas de dolor, humor y superación, Bajo la misma estrella y otros títulos. El éxito de Green confirma la tendencia expansiva de los libros infantiles y juveniles. Puede afirmarse que es el fervor lector-comprador de los menores lo que aguanta unas ventas que se han ido desplomando (que el libro más vendido en España supere de poco los 200.000 ejemplares así lo indica, pues hace unos años, antes de la crisis, esa plaza significaba que se había superado el medio millón).
Los niños buscan con afán coleccionista todos los títulos de los diarios de Greg o las series del ratón Geronimo Stilton –abanderado de la industria editorial italiana–, mientras los adolescentes se lanzan a por los romances de Blue Jeans, los melodramas de Green, los juegos del hambre de Collins o los de tronos de Martin. El auge de lo juvenil desmiente el cliché de que los jóvenes han dejado de leer. En Alemania, España y Francia triunfa una chica de 25 años, Anna Todd, una fan del grupo One Direction que empezó a escribir una historia de amor infinito basada en el líder de la banda, Harry Styles, en la plataforma Wattpad. Otra autora para jóvenes, la divergente Veronica Roth acaba de entrar en el club de novelistas mejor pagados del planeta, según la revista Forbes, después de James Patterson, Dan Brown, John Green, Stephen King y J.K. Rowling.
Los veteranos del best seller resisten. Entre ellos, Ken Follett, un artesano vendedor de historias con miles de seguidores desde Los pilares de la tierra. Como resiste, con una salud envidiable, Antoine de Saint-Exúpery, con El Principito, que ya lleva vendidos en todo el mundo cien millones de ejemplares.
Cada país tiene sus características diferenciadoras. En Italia, el país europeo donde más peso tienen las traducciones de otros idiomas, sobre todo del inglés, se ha encaramado al número uno de ventas un libro que explica sencillamente lecciones de física, Setti brevi lezioni di fisica, de Carlo Rovelli, científico cuántico de pasado revolucionario estudiantil y avalado por la editorial Adelphi. El caso es una excepción que recuerda el éxito del noruego Jostein Gaarder con sus lecciones de filosofía de El mundo de Sofía.
En general, la narrativa literaria está a la baja. Entre los cincuenta libros más vendidos en España en el último año, sólo Almudena Grandes, Javier Marías o Javier Cercas pueden competir con Julia Navarro, Dolores Redondo, Arturo Pérez Reverte o María Dueñas.
Capítulo aparte merece en España el revival nostálgico por la EGB y todo lo que la rodeaba, un fenómeno que ha dado ya dos libros, y que puede compararse, por ejemplo, con las ventas estratosféricas de los manuales del videojuego Minecraft en el Reino Unido, también bien situadas en España, o con el auge que tiene la novela romántica en Alemania.#1;
Los franceses, en cambio, sin eludir las grandes corrientes internacionales, se sumergen con pasión en los líos de alcoba de su presidente y ofrecen una alternativa al best seller con nombres como Musso, Lévy (que triunfa hasta en China) o Pancol, y la irrupción en este 2015 de su gran Houellebecq, capaz de seducir sin despeinarse –o, mejor, manteniéndose despeinado– a la crítica y al público masivo, en su país, en Alemania o donde se tercie.
Anoten, asimismo, el nombre del nuevo fenómeno en el Reino Unido y Estados Unidos, La chica en el tren de Paula Hawkins, desasosegante thriller que explora los vacíos de la memoria.
En Argentina, la estimulante industria del cine local insufla nueva vida a algunos libros. Y en México, país donde vivió y murió García Márquez, los lectores le han realizado un homenaje imprevisto, aupándolo al número uno en las listas de ventas.
Y, para acabar, referirnos a esa hornada de autoras españolas que aparecen en las listas de otros países, como María Dueñas o Milena Busquets en Argentina –habrá que ver cómo cuaja este año la catalana en su lanzamiento en EE.UU.–, o Julia Navarro en México, donde es novena en la lista restringida a los títulos de ficción.
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