23 mar 2011

Simplemente Gershwin

Mas allá de que sea la música que acompaña a la mejor introducción de una película, me refiero a “Manhattan” de Woody Allen, “Rhapsody in Blue” es “la” obra musical del Siglo XX. Nada la pudo superar. Lo tiene todo! elegancia, swing, jazz, emoción, salvajismo, irreverencia, blues, climas… Es una obra voluptosa, original y muy Jazzlosophy!

Compuesta en 1924 por pedido de Paul Whiteman que quería una obra seria pero que tuviera jazz (un delirio que solo un genio como Gershwin puede consumar), se estrenó en 1925 y fue un éxito de inmediato.

La obra empieza con un inmenso y tremendo glissando del clarinete. Desde el inicio el espíritu jazzero florece con desenfado. La orquesta acompaña al clarinete y ambos desarrollan el primer tema; luego aparece la orquesta en todo su esplendor y llega el primer pequeño clímax para inmediatamente enlazar con un segundo tema arrollador llevado por la orquesta y rápidamente asumido por el piano. Llega el segundo episodio solista con una larga variación de los dos primeros temas para irse desvaneciendo y llegar a pleno la orquesta al tercer tema que es donde más “clásico” suena con remembranzas de Tchaikovski y Listz pero con toque bluseros. ¡Maravilloso! Aquí es donde el pianista debe esmerarse en su intervención solista porque aparecen los pasajes más complicados que culminan en un contrapunto de orquesta y piano y el inicio del final con la orquesta con tutti.

Inmediatamente finalizado el concierto el director de la Filarmónica de New York le encarga a Gershwin un concierto para piano, pero eso es otra historia para otro post.

Gershwin arrastraba el karma de ser un autor de canciones populares muy exitosas que lo hicieron millonario, por lo cual no lo reconocían como un autor “serio”, sin embargo sus canciones son clásicos de la canción popular y del cual se han alimentado varias generaciones de músicos de jazz. Gershwin fue quizás el mejor melodista del siglo. Sin George Gershwin no hubiesen existido los Beatles, ya que él (junto a Irvin Berlin y Cole Porter) fueron los pioneros autores que sentaron la base de la canción moderna.

Gershwin, al igual que Mozart, Chopin, Schubert y Mendelssohn no llegó a los 40 años. Un cáncer cerebral se lo llevó a los 38 años.

Aunque no les guste la música clásica, deben escuchar y, en este caso, ver esta maravilla que es la Rhapsody in Blue.

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