Hoy en Argentina se conmemora el día del periodsta.
Nada mejor para celebrar, que recordar este decálogo del periodismo escrito por Tim Radford, ex editor del prestigioso periódico inglés The Guardian.
1. Cuando te sientas a escribir, sólo hay una persona importante en tu vida. Es alguien que nunca conocerás, llamado lector.
2. No estás escribiendo para impresionar a los científicos que acabas de entrevistar, ni al editor que tontamente lo rechazó, o a la persona guapa que acaba de conocer en una fiesta y a la que le dijo que era un escritor. O incluso a su madre. Estás escribiendo para impresionar a alguien que puede dejar de leer en un quinto de segundo, si tiene una oportunidad.
3. Así que la primera frase que escribas será la frase más importante de tu vida, y también lo será la segunda y la tercera. Esto se debe a que, a pesar de que alguien -un empleado, un apóstol o un apologista- puede sentirse obligado a escribir, nadie nunca se ha sentido obligado a leer.
4. El periodismo es importante. Nunca se debe, sin embargo, estar lleno de orgullo. Nada envía a un lector a los crucigramas o la columna de carreras, más rápido que la pomposidad.Por lo tanto, las palabras simples, las ideas claras y las oraciones cortas son de vital importancia en todas las historias.
5. He aquí una cosa a tallar y colgar sobre su máquina de escribir. “Nadie se quejará porque han hecho algo muy fácil de entender.”
6. Y aquí otra cosa para recordar cada vez que te sientes en el teclado: “Nadie tiene que leer esta mierda”.
7. En caso de duda, asuma que el lector no sabe nada. Sin embargo, nunca cometa el error de asumir que el lector es estúpido. El error clásico en el periodismo es sobreestimar lo que el lector conoce y subestimar la inteligencia del lector.
8. La vida es complicada, pero el periodismo no puede ser complicado. Es precisamente debido a los problemas -la medicina, la política, la contabilidad- que los lectores a recurren a The Guardian o la BBC, o la revista The Lancet, esperando que les den la noticia de forma sencilla.
9. Así que si un asunto está enredado como un plato de espaguetis, entonces piense su historia como una sola hebra de espagueti, cuidadosamente extraída de la totalidad. Lo ideal sería que esté con el aceite, el ajo y salsa de tomate adherida a ella. El lector estará agradecido por encontrar la parte simple, no el todo complejo. Eso se debe a que (a) el lector sabe que la vida es complicada, pero está agradecido de tener al menos una línea explicada claramente, y (b) nadie lee las historias que dicen “Lo que sigue es inexplicablemente complicado …”
10. Una historia sólo debe decir una cosa grande. Si tienes que tratar (por ejemplo, y te sientes muy valiente) con cuatro hilos una historia, haz que el entrelazamiento de los cuatro capítulos sea la gran cosa que tienes que decir. Puedes poner pedacitos sinuosos en su historia, pero sólo si puede hacerlo sin salir de la narración lineal que usted ha elegido.
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