3 may 2011

Maquiavelo, el primer pensador moderno

Un día como hoy de 1469 nacía en Florencia uno de los principales pensadores de la historia: Nicolás Maquiavelo.


En la Universidad leí por primera vez a Maquiavelo y me fascinó desde el inicio. Su descarada visión realista del poder me pareció revolucionario para la época.

Maquiavelo no suele gustar ni caer simpático como otros intelectuales porque, sencillamente, es realista. Y nada molesta más que la realidad.

Maquiavelo nació en el seno de una familia noble pero empobrecida en tiempos de Lorenzo y Pedro de Médicis. En 1498 fue nombrado secretario de la segunda cancillería encargada de los Asuntos Exteriores y de la Guerra de la ciudad. Realizó importantes misiones diplomáticas ante el rey de Francia, el emperador Maximiliano I y César Borgia, entre otros que lo llevó a formar su pensamiento político, centrado en el funcionamiento del Estado y en la psicología de sus gobernantes. Su principal objetivo político fue preservar la soberanía de Florencia, siempre amenazada por las grandes potencias europeas. Intentó sin éxito propiciar el acercamiento de posiciones entre Luis XII de Francia y el papa Julio II, cuyo enfrentamiento terminó con la derrota de los franceses y el regreso de los Médicis a Florencia en el año 1512.

Como consecuencia de este cambio político, Maquiavelo cayó en desgracia, fue acusado de traición, encarcelado y levemente torturado. Luego de recuperar la libertad se retiró a su casa, donde comenzó la redacción de sus obras, entre ellas su obra maestra, “El príncipe” que se lo dedicó a Lorenzo de Médicis e inspirada en la figura de César Borgia.

Maquiavelo describe distintos modelos de Estado según cuál sea su origen (la fuerza, la perversión, el azar) y deduce las políticas más adecuadas para su pervivencia. Desde esa perspectiva se analiza el perfil psicológico que debe tener el príncipe y se dilucida cuáles son las virtudes humanas que deben primar en su tarea de gobierno.

Maquiavelo concluye que el príncipe debe aparentar poseer ciertas cualidades, ser capaz de fingir y disimular bien y subordinar todos los valores morales a la razón de Estado, encarnada en su persona.

Me gusta Maquiavelo porque es un pensador, pero sin un sistema filosófico concreto. Se ubica en el extremo opuesto del idealista Tomás Moro.

Maquiavelo rechaza todo lo que fuera idealismo y teoría y aplicó el sentido práctico. La política nada tenía que ver con la moral, la ética o la religión. Se puede decir que inauguró la “Realpolitik”

Para Maquiavelo el hombre es por naturaleza perverso y egoísta, sólo preocupado por su seguridad y por aumentar su poder sobre los demás; sólo un estado fuerte, gobernado por un príncipe astuto y sin escrúpulos morales, puede garantizar un orden social justo que frene la violencia humana.

Fue el primero en usar la palabra estado en su sentido moderno. Sus ideas políticas estaban impregnadas de sentido práctico y una visión realista de gobierno.


Su obra cumbre: El Príncipe (1513)

El príncipe o el gobernante, tiene como misión la felicidad de sus súbditos y ésta sólo se puede conseguir con un Estado fuerte. Para conseguirlo tendrá que recurrir a la astucia, al engaño y, si es necesario, a la crueldad. La virtud fundamental es la prudencia, para la conveniencia del Estado. Si el interés de la patria exige traición o perjurio, se comete. "La grandeza de los crímenes borrará la vergüenza de haberlos cometido". Los medios no importan: no es necesaria la moral, sino un realismo práctico, no lo que debe ser, sino lo que es en realidad. Política y moral son dos ámbitos distintos e incluso contradictorios. “El fin justifica los medios”

Capacidad de manipular situaciones, ayudándose de cuantos medios precise mientras consiga sus fines: lo que vale es el resultado. "El que consigue el poder es el Príncipe, el que consigue el orden y la paz son los súbditos".

El gobernante debe poseer seria destreza, intuición y tesón, así como habilidad para sortear obstáculos, y "moverse según soplan los vientos".

Diestro en el engaño: No debe tener virtudes, solo aparentarlas.

Amoral, indiferencia entre el bien y el mal, debe estar por encima.

Para Maquiavelo la mejor forma de gobierno es la República: "el gobierno de muchos es mejor que el de unos pocos".

Otras obras

La amoralidad de la política la expone en “El Príncipe”. La comedia “La mandragola” es licenciosa a la manera de Boccaccio; en ella, como en las obras de éste, la deshonestidad y la hipocresía triunfan sobre la estupidez. En “El arte de la guerra”, llega a la conclusión de que, aunque un hombre fuerte debe fundar un estado o levantarlo de su decadencia, la mejor forma de gobierno es la república en que participen todos los ciudadanos. Prefiere el paganismo al catolicismo, pues considera a aquél más íntimamente vinculado a la vida cívica. Aboga por la creación de un ejército poderoso, pero formado no por mercenarios, sino por ciudadanos. Siendo así que todos los estados cambian por evolución o por revolución, un estado que desee conservar su libertad o independencia debe mantenerse siempre en guardia.

Como vemos, todos los políticos actuales han leído y estudiado a fondo a Maquiavelo. La mayoría de ellos trata de aplicarlo. Su vigencia es abrumadora.

Aquí seleccioné algunos párrafos interesantes de "El Príncipe"


"La antiguedad y la continuidad del dominio apagan las memorias y los motivos de innovaciones, porque cada mutación prepara el terreno para un nuevo cambio".


"A los hombres conviene o atraerlos por las buenas o anularlos, porque de las ofensas leves se vengan, de las graves, no. De ahí que la injuria hecha a un hombre debe ser de tal envergadura que no deje lugar a reacción".


"Nunca debe permitirse un desorden para evitar una guerra, porque en realidad no se la evita, sino que se aplaza el conflicto con desventaja propia".


"Es de saber que hay dos modos de combatir: el uno, mediante las leyes; el otro, por la fuerza. El primero es propio del hombre, el segundo, de las bestias. Pero como a veces el primero no basta, conviene recurrir al segundo. De ahí que al príncipe le sea necesario saber usar debidamente tanto la bestia como el hombre".


"El príncipe se hace despreciable cuando aparece voluble, frívolo, afeminado, pusilánime, irresoluto: de todo ello debe guardarse como un escollo e ingeniárselas para que en su conducta se vea grandeza, ánimo, gravedad, fortaleza. Empéñese en que su sentencia sea irrevocable en litigios privados entre sus súbditos...".


"Es mejor ser impetuoso que circunspecto, porque la fortuna es mujer y, si se quiere dominarla, hay que maltratarla y tenerla a freno. La experiencia enseña que se deja vencer por quienes proceden fríamente; pero, como mujer que es, gusta de los jóvenes, que tienen menos miramientos, son más brutales y la someten con más audacia".

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