7 mar 2013

Por qué el Jazz ya no es cool


Nuevamente me sorprendió la revista colombiana "El Malpensante"; en este caso con una columna del trompetista  Nicholas Payton donde afirma que el jazz murió en 1959.

Sin dudas una afirmación polémica que tiene mucho de verdad aunque no lo queramos aceptar.

Aquí la columna completa.


"Por qué el jazz ya no es cool" por Nicholas Payton


El jazz murió en 1959.
Puede que haya tipos cool que digan que tocan jazz, pero ya no hay nada cool acerca del jazz como un todo.
El jazz murió cuando lo cool dejó de estar de moda.
Para empezar, el jazz era una idea limitada.
El jazz es una etiqueta que se impuso a los músicos.
Los músicos nunca debieron aceptar esa idea.
El jazz no es un carajo.
El jazz es incestuoso.
El jazz se separó y montó una casa aparte de la música popular norteamericana.
Gran error.
La música nunca se recuperó.
Ornette intentó salvar al jazz de sí mismo llevando a la música de regreso a sus raíces en Nueva Orleans, pero sus intentos fueron demasiado esotéricos.
El jazz murió en 1959; por eso Ornette intentó hacer “free jazz” en 1960.
El jazz solo es cool si no lo tocas para ganarte la vida.
Los músicos de jazz aceptaron la idea de que ser pobre está bien.
John Coltrane es un tipo encantador que disfruta la vida, pero el jazz dejó de ser cool en 1959.
El que tantos se aferren a una idea de lo que debe ser el jazz es justamente lo que hace que no sea cool.
La personas se aferran a una idea que murió hace mucho tiempo.
El jazz, como Buda, está muerto.
Déjenlo ir, gente, déjenlo ir.
Paul Whiteman era el rey del jazz y todos los reyes deben caer algún día.
El jazz no es cool, es frío, como la necrofilia.
Dejen de follar con los muertos y acepten a los vivos.
El jazz se preocupa demasiado por sí mismo como para ser cool.
El jazz murió en 1959.
El mejor álbum de jazz es Kind of Blue de Miles Davies.
En 1959 salió Time Out de Dave Brubeck.
El año más cool del jazz fue 1959.
El jazz es perseguido por sus propios fantasmas hambrientos.
Déjenlo morir.
Si quieren pueden ser mártires de una idea que murió hace más de medio siglo.
El jazz demostró ser limitado y, por lo tanto, demostró no ser cool.
La mujer de Lot se convirtió en una columna de sal por mirar atrás.
El jazz está muerto.
Hace muchísimo.
Algunos dirán que ya no soy el mismo tipo que grabó el álbum con Doc Cheatham.
Tienen razón: ya no soy el mismo tipo que era hace catorce años.
¿No es ese el punto?
Nuestra razón de ser en este planeta es evolucionar.
La Edad de Oro del Jazz se acabó.
Déjenla ir.
Hay demasiados necrofílicos en el jazz.
Ustedes me están dando la razón.
Algunos dicen que nuestras limitaciones nos definen.
Yo no creo en las limitaciones. Pero sí, si alguien se cree limitado probablemente eso lo defina.
Las definiciones son retrospectivas.
Y si se están enfureciendo en este momento, es probablemente porque el jazz está muerto.
¿Por qué molestarse si lo que digo no es cierto?
No puedo hablar por nadie más, pero yo no toco jazz.
Yo toco “música posmoderna de Nueva Orleans”.
Louis Armstrong y Danny Baker tocan “música tradicional de Nueva Orleans”.
Ellis Marsalis y James Black tocan “música moderna de Nueva Orleans”.
Yo toco “música posmoderna de Nueva Orleans”.
Hago parte de un linaje.
Soy miembro de una estirpe.
Mis ancestros no hacían jazz, hacían música tradicional, moderna y avant-garde de Nueva Orleans.
Yo no toco jazz.
No dejo que otros me definan.
Soy un músico posmoderno de Nueva Orleans.
Creo música para el corazón y para la mente, para la belleza y para el botín.
Quien deje que los otros lo definan está muerto.
Con todo el respeto que los maestros merecen, ellos fueron víctimas de una mentalidad colonialista.
Los negros han sido condicionados por siglos para sentirse agradecidos por cualquier migaja que les tiren.
Como un músico posmoderno, es mi deber ser mejor que mis predecesores.
Preguntar, reexaminar y redefinir qué es lo que hacemos.
Ellos lo aceptaron porque tenían que hacerlo.
Como mis ancestros me abrieron las puertas, yo ya no tengo que hacerlo.
Louis hizo venias y vivió de sobras para que Miles pudiera dar la espalda.
Se llama evolución.
Es la mentalidad colonialista la que glorifica que alguien sea como un esclavo.
No hay nada romántico en los músicos de jazz pobres y arrastrados.
Al diablo esa idea.
No es cool.
El jazz es una mentira.
Estados Unidos es una mentira.
Tocar jazz es como correr en una caminadora eléctrica: puede que uno sude, pero no va hacia ninguna parte.
Puede que algunos digan que somos limitados.
Yo digo que somos tan limitados como creemos.
Yo no soy limitado.
El jazz es una treta del márketing para servir a una élite pequeña.
La élite hace el dinero mientras les dicen a los artistas de verdad que estar quebrado es cool.
¡Ocupemos el jazz!
No estoy hablando de la improvisación en el jazz.
La improvisación, por su propia naturaleza, no puede pasar de moda, pero algunas mentalidades fijas pueden ser sin duda mortales.
No saber es lo máximo que puedes llegar a saber.
Cuando no sabes es cuando “todo” es posible.
El jazz no tiene nada que ver con la música o con ser cool.
Es una idea de márketing.
Un ejemplo flagrante de lo que está mal con el jazz es la forma como las personas se pelean en su nombre.
A la gente le da demasiado miedo dejar ir un nombre que está matando el espíritu de la música.
La vida es más grande que la música, a menos que ames y/o toques jazz.
El arte o su ausencia son solo un reflejo.
Miles Davis personificó lo cool y odiaba el jazz.
¿Qué es el jazz en todo caso?
La vida no es lineal, es concéntrica.
Cuando de verdad estás creando no tienes tiempo para pensar en el nombre de lo que estás haciendo.
¿Quién piensa en cómo le va a poner al bebé mientras folla?
Tocar jazz es como usar el espejo retrovisor para manejar en una autopista.
Si crees que el jazz es un estilo musical, nunca empezarás a entender.

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