Nicholas Negroponte fue el creador del programa "Un ordenador por niño"; autor de varios libros, "guru" digital y responsable de hacer andar el MediaLab del MIT, en Boston, centro mundial de las nuevas tecnologías.
A continuación rescato lo mas interesante de un reportaje muy Jazzlosophy que le realizó el diario español El País.
¿Cómo va su proyecto de ordenador de menos de cien dólares?
- Aunque en un principio no se pensó así, el 80% de nuestro proyecto se está desarrollando en Latinoamérica. Lo interesante es que ninguno de los países que colaboran están entre los más pobres, que era nuestro objetivo. En África nos está costando más, precisamente porque los Gobiernos son más débiles y no pueden incluirlo entre sus prioridades. En esos casos tenemos que convencer al Banco Mundial y a las organizaciones que colaboran en el proyecto, esto ralentiza mucho el desarrollo. En Perú nos encontramos con el caso contrario. Mucha gente cuestiona que el presidente sea democrático por su firmeza a la hora de tomar decisiones. Sin embargo, hace mucho por el desarrollo del país. Allí se están repartiendo ordenadores a niños que viven en la selva.
¿Cree que el software libre ayuda al desarrollo en los países más pobres?
- Por supuesto. Les permite tener más control.
Brasil, India y China se han convertido en viveros de ingeniería de software. ¿Cómo cree que se van a insertar en el mundo?
- Son tres casos muy diferentes. Por ejemplo, en mi opinión, India está sobrevalorada en este aspecto. Están haciendo mucho menos de lo que se cuenta. Han sabido suplir la falta de infraestructura creando software, cuyo transporte es sencillo, y han invertido en relaciones públicas, pero no se queda nada en el país. Solo piensan en el mercado exterior. Brasil es justo el caso contrario. Son muy creativos y aplican dentro de su territorio. En China tienen un problema laboral. Hacen algunas cosas mal. Ponen a los trabajadores a hacer cosas poco seguras. Les falta todavía originalidad. Explotarán como fuerza tecnológica, pero aún es débil.
El modelo del MIT es ejemplar. ¿Cree que se puede exportar?
- Lo hemos intentado muchas veces. Sin éxito. Una de las razones es que el mundo académico es bastante rígido, vertical, y nuestra organización es transversal. En los países latinos podría funcionar porque son enérgicos e inquietos.
Desde que escribió su libro, la forma de hacer política también ha cambiado mucho. ¿Cómo lo ve en el futuro?
- En las últimas semanas he visto el mayor cambio en mucho tiempo. Pusieron una fotografía de papel delante de una niña de tres años. Para verla mejor, dio un pellizco en ella, como si fuera una pantalla, pero se dio cuenta de que no tenía efecto sobre el papel. La manera de entender el mundo de esa niña no tiene nada que ver con la nuestra. Cuando tenga que votar habrá sido mucho más activa durante toda su vida. Hablarán diferente, se comunicarán de otra manera. En los últimos años la ciudadanía se ha hecho más activa. Da igual que se haga una declaración en una universidad o en un gran acto porque se difunde por Twitter, Facebook, blogs. Cualquier acto público pasa a ser relevante. Es todo un mundo nuevo.
En este nuevo mundo también los medios son diferentes. ¿Cómo percibe esta transformación?
- Sabemos con certeza que el papel va a desaparecer como soporte para los medios por motivos de distribución, producción y coste. La cuestión no es tanto qué pantalla o qué soporte prevalecerá como la credibilidad de las noticias. En mi iPad leo el Wall Street Journal. Por cierto, tiene una gran versión para este soporte. La experiencia es mucho mejor que en papel. Ya sea El País, The New York Times o The Wall Street Journal, el compromiso es con los lectores. Si la experiencia es mejor, es ahí donde deben ir.
Los medios sociales han afectado a la sociedad. Con Facebook y Twitter casi cualquiera puede emitir un mensaje. ¿Cómo cree que se debe canalizar todo ese flujo?
- No me preocupan las voces, que sean muchas y pequeñas. No creo que Twitter vaya a durar mucho tiempo, me parece una moda pasajera. Me parece interesante que se puedan emitir pequeños mensajes con facilidad, directamente. Si te interesan las noticias, el reto es llegar a la fuente principal, no a la de tercera o cuarta mano.
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