Es difícil escribir algo de Jorge Luis Borges que alguien mas inteligente y mas especializado que yo no haya hecho antes; pero si puedo decirles que ese libro infernal de casi 1700 páginas en el cual su amigo Adolfo Bioy Casares reunió en sus diarios las conversaciones con Borges a partir de 1947 es indispensable para cualquier persona que le guste e interese la literatura.
Si bien es cierta su sobreabundancia de páginas donde se destacan los "chismes" por sobre los diálogos, y las críticas por sobre el elogio, es permanente la devoción de Borges por la gente de alcurnia; la escasa admiración y feroz crítica a sus colegas; las anécdotas y el fino sentido de humor e ironía; su anti peronismo; su racismo y su misoginia, entre otras tantas cosas, que están expresadas "sin filtro" e ignorando lo "políticamente correcto".
Juntos Bioy y Borges destilan acidez, y sus frases cortas son mortíferas.
"¿La penúltima puerta? Qué buen título. Mallea tiene una notable capacidad para elegir buenos títulos. Es una lástima que se obstine en añadirles libros".
"Aunque te parezca increíble, Silvina Bullrich alcanzó la dignidad de una Old Lady de nuestras letras. A Mallea ya casi nadie lo lee, ni siquiera para despreciarlo (muchos leen a Silvina Bullrich para despreciarla). Mallea está en esos cincuenta años de oscuridad, inmediatos a la muerte; sólo que vivo".
"Buena parte de la Historia argentina ocurrió entre gangsters".
"El día que el país eligió Martín Fierro en lugar del Facundo para libro nacional, eligió la barbarie".
"Lo peor de (Arturo) Capdevila es peor que lo peor de Mastronardi, pero lo mejor es mejor y esto es lo que importa".
"No hay mayor error que llamar intelectuales a los escritores".
"Yo creo que Manuel Gálvez es pésimo, pero muy superior a Quiroga. No creo que nadie sea tan malo como Quiroga. Güiraldes ha de ser mejor que los dos. ¿O será mucho peor?"
"Yo creo que Thomas Mann era un idiota. A Estela Canto le gustaba mucho..."
“¿No te parece -dice Borges acerca de El Fausto, de Goethe- es el mayor bluff de la literatura?”.
“¿Qué puede saber de nada un bruto como Hegel?”
“La obra de Oliverio Girando es nada”
“Le dieron el Premio Nobel a Juan Ramón Jiménez… Primero Gabriela Mistral, ahora Juan Ramón. Son mejores para inventar la dinamita, que para dar premios… Gabriela Mistral no ha escrito un poema bastante bueno… Los premios no ayudan, en la posteridad a nadie…”
“Lorca escribió poemas horribles”
“Neruda gusta porque a veces es cursi sin asco”
“Sábato también desaparecerá, sin dejar rastro, después de la muerte”
“Si comparás la muerte de Sócrates y la de Cristo no hay duda de que Sócrates era el más grande de los dos. Sócrates era un caballero y Cristo un político, que buscaba la compasión”.
“Ya me habían dicho que los músicos no tenían oído. Piazzolla no saber leer los versos”;
El surrealismo, “contrariamente a otras ideologías invasoras de lo literario, el catolicismo y el comunismo, prescinde del propósito de lograr obras legibles”
Los poemas de Alejandra Pizarnik son “absurdas cacografías”
Según Bioy, "Mallea, insistiendo con sus novelas ilegibles, se mantiene en el recuerdo. Mientras viva, Mallea será un escritor de algún nombre; después se hundirá en el olvido, como si fuera de plomo. ¿Quién se atreverá a reeditar sus novelas? Nadie. Sabato también desaparecerá, sin dejar rastro, después de la muerte. Es curioso el caso de Sabato: ha escrito poco, pero ese poco es tan vulgar que nos abruma como una obra copiosa"
Shakespeare es “the divine amateur”, siempre usa el “mot injuste”;
Silvina Bullrich es una “gorda raviolera del barrio de Flores”;
Esto es solo una pequeñísima muestra de lo que se puede encontrar en este libro.
Bioy deja de lado gran parte del Borges intelectual, y quizás eso hace tan atractivo este diario donde el autor anotó todas las noches las conversaciones de sobremesa, durante los casi 40 años en que Borges cenó en su casa, y se nota el disfrute y la veneración que Bioy tiene por Borges y como ambos poetas disfrutan los buenos versos de otros poetas al analizarlos y rememorarlos de memoria.
A veces se dejan llevar por su vanidad, otras veces por la fascinación que la inteligencia puede sentir ante la tontería pese a que cualquier tontería no los divertía. No perdonaban la estupidez, la tilinguería, la pretensión de las damas de apellido distinguido y fortuna que frecuentaban la tontería sin mayor esfuerzo.
El mejor ejemplo es la señora Bibiloni de Bullrich, que si no hubiese sido real parecería un personaje sacado de una "sitcom". Audaz e imprevisible le dice a Borges: "Así como a usted le interesa conocer poetas y escritores, a mí me interesa conocer gente rica". Otra. Al salir de un espectáculo de ballet comenta "Está muy bien, pero yo prefiero los otros bailes, con orquesta y con personas conocidas que la sacan a una a bailar". Otra. "Soy tan inteligente, tan genial que a veces no me pueden comprender". Otra "A mí no me gustan pero soy tan inteligente que he descubierto que conviene estar bien con los peronistas".
Creo que este es un libro 100% Jazzlosophy. Para disfrutar.
Como también es para disfrutar la entrevista a Jorge Luis Borges en el programa "A Fondo" de la Televisión Española en el año 1976.
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