En reuniones pequeñas es normal que los anfitriones se encarguen de multitud de detalles, desde recoger los abrigos, hasta servir unas copas.
Algunos puntos a tener en cuenta:
• Planear con papel y lápiz es una regla infalible para empezar a planear un evento, por pequeño ó grande que sea.
• Seleccionar bien a los invitados es parte importante del secreto del éxito de la reunión.
• Planear el menú, definiendo en primer lugar el plato fuerte ó plato principal con las guarniciones; luego el entremés, entrada, y por último el postre.
• Definir el menú, luego las bebidas y verificar las existencias para elaborar una completa lista de compras.
• Distribuir las actividades por día; adelantar todo lo que se pueda para que el día del evento lo único importante sea la llegada de los invitados.
• Poner la mesa el día anterior; eso ayuda a resolver imprevistos y ser más creativo.
• Crear un ambiente acogedor con la vajilla, el mantel, los cubiertos y los adornos; pero lo más importante es el bienestar de los invitados.
• Si sucede un “accidente”, como una copa de vino que se vierte en el mantel, hay que hacer sentir al invitado que no pasó nada, y que lo más importante es la persona y no las cosas.
• Es necesario revisar con frecuencia los baños y en ocasiones cambiar las toallas.
• Cuidar con esmero todos los detalles, pero especialmente cuidar la conversación de los comensales.
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