22 may 2012

Mi debilidad por los trenes

Ferroaficionado le dicen a los que son fanáticos de los trenes. Por lo tanto soy un ferroaficionado.

Mucha gente no entiende que tiene de atractivo un tren. Pues todo tiene de atractivo. Además de ser un medio de transporte económico y seguro que revolucionó el comercio en el mundo, tiene una mística difícil de superar.

¡No hay nada mas Jazzlosophy que un tren!

Desde el diseño de recorrido de sus trayectos, hasta la cantidad de modelos que han existido y existen en el mundo, sumado a las maravillas arquitectónicas de sus estaciones, creo que todo es atractivo y mágico en los trenes.

Vean en alguna foto antigua de inauguración de ramales o trenes, la cara de orgullo de quienes participaron en tamaña obra.

Desde que tengo uso de razón hay un tren cerca mio. Primero fue un tren a escala Marklin que tenía mi padre el cual vendió para comprar un automóvil. Lo extrañé porque tenía un vagón que era mi fetiche para dormirme.

Mas tarde los viajes de Mar del Plata a Buenos Aires en tren y disfrutando del paisaje desde el coche comedor. El mejor sandwich de jamón crudo y queso que comí en mi vida.

Luego viviendo en Buenos Aires yendo al centro desde la estación Colegiales a Retiro y el regreso en la cabina del motorman donde aprendí a como se conduce un tren eléctrico de verdad. Hoy no podría hacer eso con mis hijos por una cuestión de seguridad.

Algunas tardes me las pasaba en la estación Colegiales viendo el armado o desarmado de una formación de carga en la playa de maniobras de la estación.

Algunas veces ir a ver la llegada de los trenes que llegaban del norte del país a la terminal del Belgrano en Retiro era un espectáculo. Venía gente de descendencia indígena con sus atuendos típicos y hasta algunos traían consigo a sus animales.

También recuerdo las salidas familiares en tren hasta el Tigre. Todo un paseo.

En la terminal del ferrocarril Urquiza ví por primera y única vez una locomotora a vapor en acción. Todo un espectáculo de vapor, ruido y energía controlada.

Con los años los trenes fueron abandonados en Argentina, y hoy es mas una aventura que un placer viajar en ellos, que además, puede terminar en una tragedia.

Con los años comencé a apreciar las arquitecturas de las estaciones. De típico diseño inglés, como la estación Coghlan, que debe ser una de las mas bonitas.

Admirar la obra de ingeniería y la fortaleza en la construcción de las estaciones Constitución y Retiro del Ferrocarril Mitre.

Me encantaba la serie Jim West, que además de ser agente secreto, vivía y se desplazaba por todo el país en su propio tren!.

Aún tengo pendiente varios anhelos relacionados con los trenes: viajar en el vagón de cola de un tren de carga, viajar en el Transiberiano, cruzar Estados Unidos en tren, viajar en La Trochita de la Patagonia, y si me queda tiempo (y dinero) cerrar la travesía en el Expreso Oriente.

Todo eso sin dejar de lado la posibilidad de armar mi propia maqueta.

Por eso acá les dejo un par de maquetas magníficas.


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