El mítico perfume Chanel Nº5 tuvo orígenes grandiosos. Cocó Chanel quería crear una fragancia que además de evocar los aromas que le recordaban a su niñez contraste con los de los almizcles que se consumían a comienzos del siglo 20.
Gracias al asesoramiento de perfumistas y el dinero de un duque ruso, Cocó logró que las flores se pudieran detectar en la fragancia.
El perfume también habría tenido su origen en una fórmula de María de Medici, prima de la reina Catarina de Médicis, enviada a Francia como novia del rey Enrique II. María estaba también casada con un miembro de la familia real francesa. Por cuenta de ella y del aprecio de Catarina por las sustancias aromáticas, el pueblito de Grasse, que comenzó como un centro artesanal para la producción de guantes y cuero curtido, se convirtió en la capital mundial del perfume en el siglo 17. María quería competir con los perfumes árabes, que estaban de moda. Coco, con la ayuda de una amiga, compró el manuscrito de su aroma, que permanecía guardado en la biblioteca de un 'chateau' en el valle del Loire, por el equivalente hoy a U$S 10.000. En qué medida usó o no el secreto en su perfume, los historiadores aún no lo pueden afirmar.
La historia nos lleva a agosto de 1944, cuando días después de liberar París de la ocupación nazi, los soldados estadounidenses formaron una cola enorme en frente del número 31 de la calle Cambon con el objetivo de comprar frascos de perfume Chanel Nº5, para llevar como recuerdo de la guerra y del lujo europeo a sus madres, novias y hermanas.
La publicidad del perfume era muy simple e involuntaria, hecha a partir de testimonios reales que decían que el Chanel Nº5 era un lujo que podía durar más, en tiempos de dificultades económicas. Una botella de vino se bebe en una noche, mientras que una botella de perfume puede durar un año. Era el lujo perfecto para la recesión.
Hasta aquí la parte glamorosa y casi oficial de la historia; sin embargo, diversos historiadores afirman que Cocó Chanel tenía ciertas admiraciones al régimen nazi.
El periodista Hal Vaughan, que realizó una profunda investigación, no menciona que Chanel fuera espía nazi sino que fue una agente nazi que utilizó su amplia red de contactos para ayudarlos.
Vaughan une el colaboracionismo de Chanel y su antisemitismo, ampliamente cultivado.
Por su parte otro investigador, Tilar J. Mazzeo, afirma que Chanel era una profesional de la moda, aguerrida, sin credo político y sólidos objetivos comerciales: "Coco Chanel fue criada en un convento católico durante la evolución del terrible 'caso Dreyfus', que provocó que gran parte de Francia viese a los judíos como enemigos".
Para Mazzeo Cocó fue un personaje extraordinario, una oportunista consumada, que aprovechó todas las oportunidades para avanzar en su carrera. Sus estrechas relaciones con el duque de Westminster, con el Príncipe de Gales, quien luego abdicó del trono, y con el primer ministro Winston Churchill hicieron de ella la agente perfecta para los nazis durante la 2da. Guerra Mundial.
Asimismo Vaughan afirma que Chanel tuvo muchas razones para colaborar con el gobierno de Adolf Hitler. Principalmente, ella entendía mal un mundo que regalaba derechos laborales a sus 2.500 empleadas, involucradas en la audaz y victoriosa huelga parisiense de 1936. Al igual que la mayoría de los millonarios de la época, estaba convencida que el nazismo combatiría el comunismo; ella fue en misión a Madrid, por ejemplo, a petición del general de las SS Walter Schellenberg. Anteriormente, en 1941, ella había aceptado introducir un espía alemán de su conocimiento en la capital española a cambio de la liberación de su sobrino, André Palasse, detenido por sus vínculos con la Resistencia francesa.
Sin embargo otros historiadores afirman que había una razón más para actuar para los nazis, y qera que Chanel necesitaba recuperar los plenos derechos de autor del Chanel Nº5, que ella había vendido en parte a una familia judía de apellido Wertheimer, cuando el producto estaba en caída.
Fueron los hermanos judíos Wertheimer los responsables de la expansión de la marca, especialmente al huir de París a Nueva York, después de un breve paso por Brasil.
Al no ganar Hitler la guerra Chanel nunca pudo recuperar el control de su mayor creación.
Chanel Nº5, lo único que llevaba puesto cuando se iba a la cama Marilyn Monroe.
Gracias al asesoramiento de perfumistas y el dinero de un duque ruso, Cocó logró que las flores se pudieran detectar en la fragancia.
El perfume también habría tenido su origen en una fórmula de María de Medici, prima de la reina Catarina de Médicis, enviada a Francia como novia del rey Enrique II. María estaba también casada con un miembro de la familia real francesa. Por cuenta de ella y del aprecio de Catarina por las sustancias aromáticas, el pueblito de Grasse, que comenzó como un centro artesanal para la producción de guantes y cuero curtido, se convirtió en la capital mundial del perfume en el siglo 17. María quería competir con los perfumes árabes, que estaban de moda. Coco, con la ayuda de una amiga, compró el manuscrito de su aroma, que permanecía guardado en la biblioteca de un 'chateau' en el valle del Loire, por el equivalente hoy a U$S 10.000. En qué medida usó o no el secreto en su perfume, los historiadores aún no lo pueden afirmar.
La historia nos lleva a agosto de 1944, cuando días después de liberar París de la ocupación nazi, los soldados estadounidenses formaron una cola enorme en frente del número 31 de la calle Cambon con el objetivo de comprar frascos de perfume Chanel Nº5, para llevar como recuerdo de la guerra y del lujo europeo a sus madres, novias y hermanas.
La publicidad del perfume era muy simple e involuntaria, hecha a partir de testimonios reales que decían que el Chanel Nº5 era un lujo que podía durar más, en tiempos de dificultades económicas. Una botella de vino se bebe en una noche, mientras que una botella de perfume puede durar un año. Era el lujo perfecto para la recesión.
Hasta aquí la parte glamorosa y casi oficial de la historia; sin embargo, diversos historiadores afirman que Cocó Chanel tenía ciertas admiraciones al régimen nazi.
El periodista Hal Vaughan, que realizó una profunda investigación, no menciona que Chanel fuera espía nazi sino que fue una agente nazi que utilizó su amplia red de contactos para ayudarlos.
Vaughan une el colaboracionismo de Chanel y su antisemitismo, ampliamente cultivado.
Por su parte otro investigador, Tilar J. Mazzeo, afirma que Chanel era una profesional de la moda, aguerrida, sin credo político y sólidos objetivos comerciales: "Coco Chanel fue criada en un convento católico durante la evolución del terrible 'caso Dreyfus', que provocó que gran parte de Francia viese a los judíos como enemigos".
Para Mazzeo Cocó fue un personaje extraordinario, una oportunista consumada, que aprovechó todas las oportunidades para avanzar en su carrera. Sus estrechas relaciones con el duque de Westminster, con el Príncipe de Gales, quien luego abdicó del trono, y con el primer ministro Winston Churchill hicieron de ella la agente perfecta para los nazis durante la 2da. Guerra Mundial.
Asimismo Vaughan afirma que Chanel tuvo muchas razones para colaborar con el gobierno de Adolf Hitler. Principalmente, ella entendía mal un mundo que regalaba derechos laborales a sus 2.500 empleadas, involucradas en la audaz y victoriosa huelga parisiense de 1936. Al igual que la mayoría de los millonarios de la época, estaba convencida que el nazismo combatiría el comunismo; ella fue en misión a Madrid, por ejemplo, a petición del general de las SS Walter Schellenberg. Anteriormente, en 1941, ella había aceptado introducir un espía alemán de su conocimiento en la capital española a cambio de la liberación de su sobrino, André Palasse, detenido por sus vínculos con la Resistencia francesa.
Sin embargo otros historiadores afirman que había una razón más para actuar para los nazis, y qera que Chanel necesitaba recuperar los plenos derechos de autor del Chanel Nº5, que ella había vendido en parte a una familia judía de apellido Wertheimer, cuando el producto estaba en caída.
Fueron los hermanos judíos Wertheimer los responsables de la expansión de la marca, especialmente al huir de París a Nueva York, después de un breve paso por Brasil.
Al no ganar Hitler la guerra Chanel nunca pudo recuperar el control de su mayor creación.
Chanel Nº5, lo único que llevaba puesto cuando se iba a la cama Marilyn Monroe.
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